lunes, 9 de julio de 2012

Día 732


Hoy, justo hoy, me toca hacer retrospectiva.
Hace exactamente dos años, este sería el último día, y cuándo cayese la noche, sería la última vez que me iría a dormir sin saber que mi vida iba a cambiar por completo.

Estaba por llegar un viaje que comenzaría a gran velocidad, con curvas imposibles, vertiginoso, sobre todo al principio, aunque los sobresaltos se iban a repartir a lo largo de estos 732 días.

De aquellos primeros días recuerdo muchas cosas: sensaciones, miedos, palabras, pruebas, esperas... y de hecho alguna vez he hablado sobre todo ello.
Pero hoy me quiero centrar en una cifra: 2 años.
Sí, cuándo acabas de ser diagnosticado de leucemia y quieres saberlo todo, una de las cosas que más preocupan es cuánto tiempo durará la pesadilla aventura. Y esa pregunta en mi caso se respondió con un "aproximadamente dos años".
Aquello me sonó a eternidad, tenía la sensación de que había entrado en un túnel en el que era imposible encontrar luz por más que andase. Que aquello que acababa de empezar no iba a terminar nunca. Dos años era demasiado tiempo.

Sin embargo hoy, en vísperas de que se cumplan esos dos años desde que me dijeron que era pelón, me doy cuenta de que al final todo llega, y a pesar de que esos "aproximadamente dos años" se van a alargar un poquito más, ya no me queda nada para conseguir aquel objetivo que me marqué: ganarle la batalla a la leucemia, y siempre que he podido con la sonrisa por delante.

Mañana dos años, sí, y aunque suene raro, que llegue el 10 de julio hace que me entren ganas de celebrarlo, no recuerdo aquel día como lo amargo que fue, más bien es como... ¡¡¡otro 10 de julio!!! ¡¡¡el día que todo cambió!!! ¡¡¡VIVA LA VIDA!!!


A todos los que estáis empezando y os parezca que todo está muy cuesta arriba, sólo puedo deciros que cojáis mucha fuerza y luchéis... porque todo llega. ¡Ánimo valientes!

Casi, casi, dos añitos... :)



Antes de despedirme os quiero contar que he pesado unos días en la playa con mis amigos, desconectado del mundo, y me han sentado genial. No hay nada como un poquito de mar para recargar las pilas. Así que los que podáis, no lo dudéis.